miércoles, 7 de noviembre de 2012

8N: es la expresión del malestar de una parte de la Argentina que está muriendo


La movilización del 8N será "la expresión del malestar" de una parte de la Argentina que está dejando de existir y, a la vez, "tal vez el último intento" de una oposición "deshilachada" para ofrecer un discurso alternativo, explicó el politólogo Ernesto Laclau.

Además, y en diálogo exclusivo con Télam, el académico argentino consideró que la protesta del 8 de noviembre se sostiene solamente sobre la base del "antigobierno" y adelantó que el 7 de diciembre, cuando culminará el plazo de desinversión dispuesto por la Ley de Medios y ratificado por la Corte Suprema de Justicia, será "un momento de definiciones radicales" para el país.

"El 8N no es una demanda, porque para tener una demanda uno tiene que tener reivindicaciones precisas. El 8N es la expresión del malestar de una Argentina que está muriendo", dijo Laclau, titular de la cátedra de Teoría Política en la Universidad de Essex, en Gran Bretaña.

Acerca de si esa protesta va dirigida también a la oposición, Laclau consideró: “Por ahora no hay una sola representación. No hay un `significante vacío`, en mis términos, del discurso opositor. Están tratando de hacerlo poniéndose en contra de una posibilidad de re-reelección u otras opciones, pero todavía no hay un discurso coherente y no sé si va a plasmar”.

“El 8N, por eso, va a ser un intento de la oposición, quizás el último, de presentar un discurso alternativo”, añadió.

Para el politólogo, “la oposición está completamente deshilachada y no logra configurar un discurso propio; y hoy trata de encontrar algún tipo de debate alternativo alrededor del cual consiga estructurar un discurso político”.

“En 2008 casi lo consiguió alrededor del problema del campo, pero hoy no veo que haya muchas opciones en ese sentido. El 8N va a ser una movilización sobre la base del antigobierno pero sin metas claras", agregó.

Consultado sobre las vinculaciones del 8N y el 7D aseguró: “Es solo un intento. El 7 de diciembre va a ser un momento de definiciones radicales para el país. (El Grupo) Clarín dice que no va a pasar nada, pero yo creo que va a pasar todo".

Laclau apuntó también que no le extraña la participación en estas protestas de fuerzas de izquierda y socialdemócratas.

“En 1945, el Partido Comunista no tenía ideología de derecha y fue la punta de lanza a partir del discurso desde el cual la derecha articuló un frente antiperonista. Siempre lo que denominábamos en nuestra juventud `la izquierda cipaya` ha sido el ladero de los intereses oligárquicos en el país”, remarcó.

En cuanto a la situación del sistema político argentino ante estas protestas, el académico indicó: “Estamos hoy con un problema de fronteras políticas mucho más nítido que en 2010. Con la emergencia de las organizaciones juveniles de distinto tipo, con el surgimiento de Unidos y Organizados, el gobierno está avanzando en la dirección de afirmar un polo popular mucho más fuerte que la que se dio en los primeros años del kirchnerismo”.

"La línea general no ha variado -siguió-, pero sí el kirchnerismo está comenzando a articular una fuerza política. Cada vez más”.

Esto puede verse, consideró, “en lo económico, en la nacionalización de YPF y en el desarrollo de una serie de medidas legislativas que han implicado un corte con el pasado”.

Respecto de las demandas aún por satisfacer, Laclau señaló: "Son las que han existido a partir de 2001 con la crisis. Hoy, lo que estamos viendo es que se necesita una profundización del modelo en una ruta que ya se ha emprendido. No veo un cambio de brújula sino una insistencia en lo que ya está ocurriendo”.

Consideró que la articulación de fuerzas y el demarcamiento de lo que él llama fronteras políticas “es el punto capital; cada vuelta de tuerca en la dirección económica en la que el gobierno está avanzando exige la incorporación de sectores nuevos, y la base social del proyecto se está ampliando todo el tiempo".
En ese contexto, "debe considerarse que el alejamiento de Hugo Moyano del gobierno implica también profundización del modelo”.

Laclau indicó que “la división del movimiento obrero no es una buena noticia, pero es inevitable en una etapa en la cual la clase obrera industrial no es una fuerza compacta, como lo fue en el pasado. Hay una terciarización de la actividad económica y eso implica necesariamente su fragmentación y también la necesidad de rearticular políticamente a sectores nuevos".

Respecto de la ausencia de discursos y liderazgos alternativos en Europa ante la crisis, finalmente afirmó: “En España los indignados tienen un discurso sin mucho destino inmediato, por el hecho de que es de protesta, de ruptura, pero no tratan de intervenir para nada en el sistema político”.

“En Grecia, por el contrario -concluyó-, se da un discurso de protesta y de ruptura, pero al mismo tiempo hay un intento de construir una opción política alternativa. No me extrañaría que en las próximas elecciones griegas la oposición de izquierda consiguiera imponerse”.



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