domingo, 21 de agosto de 2011

Se fue la “lija”



Desde hace 20 años, la Municipalidad de Merlo a través del Consejo Municipal de la Mujer organiza el “Día del Niño” en todo nuestro distrito. Cada año se van sumando más y más lugares para que el festejo llegue a cada rincón. Este año se hizo en más de 100 lugares. Ha sido ésta una política muy sensible al compromiso de un Gobierno popular con las nuevas generaciones. Por eso, jamás se ha suspendido o postergado. Y miren que en 20 años, hemos pasado por todo tipo de fluctuaciones políticas, sociales y económicas!!

El festejo cuenta además, con la participación y organización de los compañeros. Referentes de distintas agrupaciones y unidades básicas se mezclan y aportan lo mejor desde cada sector con un objetivo claro: que los pibes de cada barrio pasen lo mejor posible su día y si tienen un cacho de suerte, por ahí también ligan una bici del sorteo.


Hasta acá, este relato es similar a muchos de los que se pueden aportar en esta fecha y en cualquier lugar de nuestro país. Pero hoy, en ese lugar, todos los compañeros que estuvimos laburando muy alegres (tenemos el corazón lleno de felicidad por lo del domingo pasado), tuvimos la certeza que otra Argentina estaba emergiendo delante de nuestros ojos: más justa, más igualitaria, con más trabajo… con dignidad.

Para empezar, muchos pibes se acercaron a festejar con los regalitos que les pudieron comprar los viejos. Chicos con patinetas, bicis, muñequitas, triciclos, zapatillas nuevas, camperas, celulares, venían orgullosos a mostrar que su día había empezado de otra manera.

Se notaba que las familias habían almorzado algo especial en sus casas, ya que vinieron con las pancitas llenas y esto generó que no haya problemas cuando se repartió “la rica chocolatada con su respectiva factura”, al decir del locutor compañero. 


La escena era de una sociedad que se siente incluida, que tiene cosas que resolver, claro; pero que está en una senda correcta. Por eso los padres estaban sentados en los bancos de la placita tomando mates mientras sus hijos jugaban con las profes de educación física o saltaban en los peloteros inflables.

Este relato no es demasiado pretensioso ni procura hacer sociología barata, es simplemente la sensación compartida por un grupo de compañeros que nos juntamos en el mismo lugar a hacer las mismas cosas en esta fecha desde hace unos 10 años. Es la certeza de saber que la alegría y la ilusión desplazaron definitivamente a la “lija”.


1 comentario:

  1. Muy cierto todo Javi. Hoy tuve el orgullo de poder experimentarlo junto a muchos otros cumpas. Ver a un pibe contento te alegra inmediatamente. Muy buena politica publica.

    Abrazo Peronista.

    Guille

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