jueves, 1 de diciembre de 2011

Gracias...Totales!


El recambio parlamentario de este mes marcará, también, el inexorable ocaso de una etapa marcada por el insólito aglutinamiento de dirigentes políticos opositores con historias y proyectos divergentes y por la sujeción de éstos al interés de las corporaciones mediáticas.


El martes se realizará la ceremonia en la que jurarán los 130 diputados nacionales electos el 23 de octubre y se renovarán las autoridades de la Cámara Baja de cara al próximo período parlamentario.


El recambio traerá aparejado el ocaso de una etapa signada por la experiencia del “grupo A”, el insólito aglutinamiento de oposiciones con historias y proyectos divergentes al solo fin de practicar un “anti-kirchnerismo bobo” (copyright Leopoldo Moreau). Fue un período marcado, también, por la vergonzante sujeción de bloques parlamentarios enteros a los mandatos de las corporaciones mediáticas. 


Los que hacen las valijas 

Dos casos emblemáticos de sujeción de la política al interés de los principales conglomerados de medios los brindaron la diputada de la UCR Silvana Giúdici y su par de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias. 

Desde la presidencia de la comisión de Libertad de Expresión, Giúdici se encargó de defender con esmero los intereses del grupo Clarín. Así lo hizo, centralmente, al oponerse con tenacidad al tratamiento de la ley de medios de la democracia. 

Pero hubo otra fotografía aun más ignominiosa y representativa de la etapa que se vivía en el Congreso. El Parlamento nunca se pareció tanto a un buffet de abogados del monopolio como aquel mediodía del 20 de agosto de 2010, cuando la radical y otros opositores, con celeridad asombrosa, montaron una conferencia de prensa para defender a Fibertel, apenas un día después de que el Gobierno comunicara la resolución ministerial que indicaba la caducidad del servicio de Internet de la compañía. El conglomerado opositor incluso anunció que presentaría un proyecto para derogar la Resolución 100 de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación. Jamás prosperó. 

Este mes, Giúdici se despide del Congreso, tras haber obtenido apenas el uno por ciento de los votos en su intento de ser jefa de Gobierno. 


Iglesias fue otro legislador que, en nombre de la “República”, actuó como tenaz defensor de los intereses del monopolio. A su vez, fue uno de los adalides de la difusión del “Índice Congreso”, la estadística confeccionada por consultoras privadas tan poco creíbles como el INDEC, pero disfrazadas de objetividad y credibilidad. 

El 23 de octubre buscó revalidar su banca de diputado por la Ciudad de Buenos Aires, pero pese a ocupar el segundo lugar en la lista, quedó afuera. ¿Cómo sigue su carrera?. Volvería al voley, como suele evaluar Artemio López. Escribir de Iglesias nos lleva invariablemente a Cynthia Hotton. La diputada del monobloque Valores para mi País, oportunamente cercana al cobismo y al PRO, fue la cara en Diputados (como Liliana Negre de Alonso en el Senado) del lobby religioso contra la ley de matrimonio igualitario desde su asiento en la comisión de familia, mujer, niñez y adolescencia. Repitió experiencia en las últimas semanas, con su cruzada contra la despenalización del aborto. 

De la mano de la debacle de Elisa Carrió, la Coalición Cívica perderá un total de once diputados, incluido Adrián Pérez, flamante secretario general de la CC, y el citado Iglesias. Pero también se va Juan Carlos Vega, actual presidente de la comisión de legislación penal, quien acaba de oponerse al proyecto de Ley de Tierras, histórica bandera del ARI, con la advertencia temeraria (bien al estilo Carrió) de que “si es sancionado tal como está generará graves consecuencias para el país al estilo de lo que sucedió en diciembre de 2001 con la decisión de no pago de la deuda externa”. 

También se despide la vehemente Fernanda Gil Lozano, la diputada que le gritó a la Presidenta de la Nación el 1º de marzo de este año en plena Asamblea Legislativa. Como Iglesias, se postuló nuevamente este año para renovar su escaño por la Capital, pero no tuvo suerte en las urnas. El 10 de diciembre se le termina el mandato a Héctor “Toty” Flores, el dirigente social de Laferrere que se apareó a las patronales del agro en la batalla por la 125, confecciona ropa en su taller textil para el diseñador de la high society, Martín Churba y que, días atrás, en San Nicolás, lanzó un nuevo movimiento junto a Elisa Carrió, tras la marginación de la chaqueña de la mesa de conducción de la CC. 

Otras dos fieles de Carrió, la santafesina Susana García y la bonaerense Elsa “Tata” Quiroz, dejan sus bancas este mes, lo mismo que el fallido candidato al sillón de Dardo Rocha, Juan Carlos Morán, quien tuvo sus 15 minutos de fama el año pasado como protagonista de un sainete de denuncias infundadas que solo podían prosperar en los estudios de TN, pero que sí lograron obturar la aprobación del presupuesto, la herramienta fundamental de gobierno. 


El principal operador cobista en Diputados, el marplatense Daniel Katz, se marcha del recinto sin pena ni gloria, el mismo año en que, dentro de sus planes políticos, se proyectaría, tal vez, como jefe de Gabinete de una presidencia del ex gobernador mendocino. Dos “PRO” se despiden: Christian Gribaudo, quien en el festival de reparto de comisiones que armó el grupo A en diciembre de 2009 ligó la presidencia de la comisión de obras públicas, y Lidia “Pinky” Satragno, quien, lejos de su duradero y fundado prestigio mediático, tuvo efímera fama política cuando presidió la insólita sesión de recambio legislativo de hace dos años en razón de ser la diputada de edad más avanzada. Un plus: en la provincia de Buenos Aires, se queda sin banca de diputado Ramiro Tagliaferro. ¿Quién es Tagliaferro? Nada menos que el esposo de la vicejefa de Gobierno porteño electa, María Eugenia Vidal. Igual, no se queda sin trabajo: sigue como director de la escuela de dirigentes del PRO. 

También se van el parlamentario-gremialista de La Matanza Juan Carlos Sluga, quien en ocho años de diputación nunca habló y presentó poco más de una docena de proyectos, como firmante o co-firmante, y su coterráneo Gustavo Dutto, quien apenas tuvo trece meses de legislatura: había asumido el 3 de noviembre de 2010 a raíz de la muerte del peronista tucumano Ramón Ruiz. 

Ese es el panorama que brinda Diputados. En el Senado hay menor cantidad de despedidas, pero las que hay son más que resonantes, vale la pena mencionarlas: se queda sin banca “Chiche” Duhalde. Y, claro, se va Julio César Cleto Cobos. 

Que la historia los juzgue. El pueblo ya eligió. 

Gracias…totales!!!


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