martes, 28 de febrero de 2012

El Buitre


Cada vez que el Gobierno Nacional atraviesa alguna situación de denuncias, conmoción, operaciones de prensa o bien tragedias irreparables como la de Estación  Once, comienza a revolotear "El Buitre", es decir, Alberto Fernández.

El buitre busca todo tipo de carroña que le sirva para poder alimentar su resentimiento. Participa de manera amable y jovial con todos los personajes que se encuentran en las antípodas del Kirchnerismo. Asiste cual invitado VIP a todos los programas políticos del monopolio Clarín. Allí es tratado como si fuera un brillante estadista habilitado para referirse sobre cualquier tema. Se para en lo más alto del pedestal de "fiscal del universo" para marcar todo aquello que considera impurezas del proyecto que soñó Néstor para los argentinos.

Si se lucha por la distribución de la riqueza, sostiene que el camino no es la confrontación con los chacareros. Aparece dando lecciones de cómo manejarse con los gauchócratas y repudia toda acción que alimente el enfrentamiento entre argentinos. 

Si se busca democratizar la palabra, sostiene que a la Argentina puede llegar nuevamente la censura y la falta de libertad para opinar. 

Si se estatiza Aerolíneas Argentinas o los fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP), sostiene que el estado ha incurrido en una gravísima falta de seguridad jurídica.

Si se instrumenta la Asignación Universal o Programas como Argentina Trabaja, sostiene que hay que tener mucho cuidado en no caer en nuevas formas de "clientelismo".

Si se abre la participación política a los jóvenes y se los considera protagonistas de esta nueva etapa, sostiene que hay que tener mucho cuidado con transformarlos en gendarmes ideológicos, o peor aún, en una casta de ambiciosos que viven de las mieles del poder y el estado para su provecho.

Luego de la tragedia de Once, el buitre volvió ha aparecer por la pantalla y los programas del Grupo Clarín con la intención de "aportar" su visión sobre la política ferroviaria, los subsidios, los combustibles, las responsabilidades políticas sobre el hecho, el enojo con Cristina por no seguir sus consejos desde las épocas como Jefe de Gabinete. En fin, lo que se dice un verdadero reventado, que sirve a otros intereses y que justamente no son los que sostenemos quienes estamos comprometidos con esta causa para los 40 millones de argentinos.

Por eso, muchos conocen al "buitre" desde la llegada de Néstor a la Rosada pero hay una historia interesante en su devenir político para poder entender su presente:

Fue funcionario jurídico del área de Economía en tiempos de Juan Sourrouille, cuando Raúl Alfonsín era presidente. En 1989 juró como Superintendente de Seguros de la Nación, integrando el equipo económico de Bunge & Born, que Menem llevó al Ministerio de Economía. En 1991, cuando Domingo Cavallo arribó a Economía, lo confirmó por sugerencia de Horacio Tomás Liendo. Liendo y Fernández iniciaron una fructífera relación y Cavallo obtenía el beneficio de ser inmediatamente informado de cualquier novedad que ocurriera en el ámbito "seguros". Por su labor en la desregulación del mercado asegurador, Fernández fue distinguido como uno de los "10 Jóvenes Sobresalientes", junto a Gustavo Béliz, Martín Redrado y Julio Bocca. Luego consiguió la tutela de Carlos Sánchez, un hombre de confianza de Cavallo. Más tarde, cuando Sánchez reemplazó a Rodolfo Frigeri en la presidencia del Banco de la Provincia de Buenos Aires, le abrió las puertas ya que Fernández tenía más de una idea para diversificar los negocios. 

En 1996, Fernández desarrolló para Duhalde un criticado grupo de empresas estatales, el Grupo Bapro, del que fue vicepresidente entre 1996 y 2000. También fue presidente de Gerenciar S.A., de Génesis Seguros de Retiro, y de Provincia Salud. En esa etapa realizó muchas operaciones para el holding, pero ninguna sumó valor al Bapro que terminó necesitado de un rescate multimillonario a cargo de los contribuyentes bonaerenses. Durante las gestiones Duhalde y de Ruckauf, el banco bonaerense otorgó cerca de 22.600 créditos por unos 2.400 millones de dólares, en su mayoría pesificados en la devaluación asimétrica. De ese total, el 75 por ciento, tiene alta probabilidad de incobrabilidad o son 100 por ciento incobrables. El Banco Provincia quedó en cesación de pagos y adoptó la salida del "corralito" y del "corralón". Sin embargo, por su labor en el Grupo, Alberto Fernández recibió en 1998 el premio Security al Empresario del Año. 

En 1998, Duhalde lo hizo cargo de la administración financiera de su campaña presidencial. Justo cuando Fernández gestionaba laboriosamente las finanzas de la fórmula Duhalde-Ortega, se sucedían los hechos investigados por la Procuración de México que ponían en evidencia el ingreso del Cártel de Juárez al territorio bonaerense a través de Mercado Abierto, de Aldo Ducler.
Duhalde le encomendó a Alberto Fernández pactar con Cavallo el respaldo a la candidatura de Carlos Ruckauf en la provincia en 1999, que parecía perder frente a la Alianza. En el 2000, Fernández fue elegido legislador porteño en la lista 'sábana' de Acción por la República, el partido que conducía Cavallo y que realizó una fugaz alianza con Nueva Dirigencia, de Gustavo Béliz. 

Más recientemente, cuando la Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad de un artículo clave de la Ley de Riesgos del Trabajo, que impedía a los trabajadores accidentados demandar ante la Justicia, muchos se acordaron que dicha ley, aprobada en 1995, y que lo tuvo como uno de sus mentores y redactores. 

En 1998, a partir del manejo de los fondos de la campaña presidencial de Duhalde, Fernández le facilitó sus contactos con peronistas "progresistas", entre ellos Kirchner. El resto es conocido. La bancarrota de la Alianza realimentó la relación de Fernández con NK y facilitó el acuerdo político con Duhalde.

LO QUE SE DICE, UN VERDADERO PIBE PULENTA!!


2 comentarios:

  1. POR QUE NO PUBLICASTE ESTO CUANDO ALBERTO ERA EL MEJOR MINISTRO DE NESTOR ? CHAU !

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  2. EScuchame Albertista de la primera hora, con ese criterio, mejor hubiera detenido a Judas y Jesús todavía estaba con nosotros; o mejor aún, lo hubiera sacado del Monte de los Olivos. Abrazo.

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